Llegó el Último Ciclista, comienza el año laboral
Año tras año, cuando el último ciclista cruza la meta de la tradicional Vuelta Ciclista del Uruguay, los uruguayos parecen recibir una señal colectiva, por lo cual ha llegado el momento de dejar atrás las vacaciones y sumergirse nuevamente en la vida laboral. Sin embargo, lejos de asumir esta transición con resignación, nuestro espíritu inquieto ya comienza a divagar hacia los próximos períodos de descanso.
Con una mirada cariñosa, nuestros pensamientos se dirigen hacia julio, anticipando las vacaciones de invierno como un oasis en el desierto del trabajo. Y apenas hemos disfrutado de esos días libres, nuestra mente ya se enfoca en las ansiadas y necesarias vacaciones de primavera, como si fueran un bálsamo para el alma agotada.
Pero no termina ahí, pues en un abrir y cerrar de ojos, nos encontramos a las puertas de las merecidas vacaciones de fin de año, ese período que anhelamos como un premio por nuestros esfuerzos.
Es así como transcurre nuestro ciclo laboral, oscilando entre estados de euforia y bajones, celebrando cada feriado y fin de semana largo como si fuera una victoria personal. Nos quejamos, sí, pero también disfrutamos cada oportunidad que se nos presenta.
¿Somos realmente trabajadores los uruguayos o simplemente nos lo repetimos entre nosotros para ocultar un cierto sentimiento de culpa?
Tal vez sea así, o tal vez simplemente hemos aprendido a disfrutar de la vida en las pequeñas pausas que se nos presentan. Después de todo, si bien nuestro calendario marca el comienzo del año el 1 de enero, para los uruguayos, la verdadera actividad laboral no comienza hasta que el último ciclista cruza la línea de meta, dando inicio a un nuevo ciclo de euforia y quejas.
Dejo de escribir, es hora de irme a trabajar.
Feliz año laboral para todos.
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