Tres propuestas para proyectarse hacia el nuevo año

Se termina el 2025. Y es tiempo de balances y análisis. Pero también de sueños, de proyectos. Por eso, te proponemos algunas consignas o iniciativas para mirar las oportunidades que trae el 2026.

La primera es hacer un balance consciente. Antes de pensar en lo que viene, es bueno revisar el año que termina: reconocer logros, identificar aprendizajes y aceptar aquello que no salió como se esperaba. Escribirlos o conversarlos permite cerrar etapas y evitar cargar con culpas innecesarias. El balance no busca juzgar, sino comprender desde dónde se parte.

La segunda propuesta es definir objetivos realistas y flexibles. Más que listas extensas, conviene elegir metas concretas, alcanzables y alineadas con los propios valores. Pensar en pequeños pasos facilita sostener el compromiso en el tiempo y reduce la frustración. Además, dejar espacio para ajustes es fundamental: la vida cambia y los objetivos también pueden hacerlo.

Por último, incorporar hábitos que sostengan el bienestar marca una diferencia a largo plazo. Dormir mejor, moverse más, cuidar la alimentación o reservar momentos de descanso y disfrute son acciones simples que impactan en la energía diaria. Proyectarse hacia el nuevo año no es solo pensar en lo que se quiere lograr, sino en cómo se desea transitar el camino.