«No hay restos articulados, son paquetes de huesos», indicó Alicia Lusiardo
El GIAF busca esclarecer si los restos hallados corresponden a un enterramiento clandestino vinculado a delitos de lesa humanidad o si, por el contrario, se trata de un osario antiguo.
Este martes un grupo de obreros halló restos óseos cuando excavaba para realizar una obra de saneamiento al lado del Museo Oceanográfico de Montevideo. El hallazgo se produjo sobre el mediodía y la Policía acudió de inmediato para asegurar el área y comenzar las investigaciones.
Las tareas, a cargo del Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) se centra en esclarecer si los restos corresponden a un enterramiento clandestino vinculado a delitos de lesa humanidad o si, por el contrario, se trata de un osario antiguo.
Alicia Lusiardo, coordinadora del GIAF, explicó que, además de los restos que fueron retirados el martes, este miércoles continuaron encontrando más fragmentos óseos en la tierra removida de la excavación. «Son más pequeños, están más fragmentados», indicó, y subrayó que la prioridad en este momento es determinar si esos restos corresponden a un osario antiguo o si existen indicios que justifiquen continuar la excavación.
El hallazgo, que se encuentra a una profundidad de 1,35 metros, reveló la presencia de numerosos paquetes de huesos, lo que sugiere un enterramiento secundario, es decir, restos no asociados anatómicamente, lo que sería característico de un osario antiguo. «No hay restos articulados, no encontramos ataúdes ni restos que guarden relación anatómica», señaló.
A pesar de los hallazgos iniciales, Lusiardo destacó que aún no es posible descartar la posibilidad de un enterramiento clandestino, ya que «no encontramos cal» ni otros elementos típicos de los casos de terrorismo de Estado, como la presencia de cuerpos en fosas primarias. Sin embargo, aclaró que el GIAF sigue trabajando para reunir más evidencia y obtener certeza sobre la naturaleza de los restos.
En cuanto a la cantidad de personas involucradas, Lusiardo comentó que, hasta el momento, los restos podrían corresponder a un mínimo de cinco individuos, pero aclaró que aún no se ha encontrado evidencia adicional que permita ampliar esta cifra. Además, destacó la complejidad de un posible análisis de ADN, dado que muchos de los huesos ya han sido descontextualizados, lo que dificultaría una identificación individual precisa.
Lusiardo también resaltó la importancia de contar con protocolos internacionales adecuados en el manejo de estos restos. En ese sentido, subrayó que es fundamental una intervención controlada para no perjudicar futuras investigaciones, algo que no ocurrió el día del hallazgo cuando los restos fueron colocados sobre el césped antes de ser analizados.
En las próximas horas, el equipo del GIAF continuará con la limpieza y análisis del área. Si los elementos recolectados permiten confirmar que no hay indicios de un delito de lesa humanidad, se descartará el sitio. De lo contrario, se ampliará la excavación para seguir investigando.
Fuente: Canal 5 de Montevideo
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