Mujica: la humanidad está condenada ya que «gasta mucho tiempo inútil»
El expresidente reflexionó sobre su vida y la sociedad actual en una entrevista con "The New York Times".
El expresidente José Mujica fue entrevistado por el periodista Jack Nicas del «The New York Times» de Estados Unidos, en una charla dónde se habló principalmente de la vida y del pensamiento del político uruguayo. Mujica dijo cuando se le preguntó por su salud «me hicieron un tratamiento con radiología. Según los médicos, anduvo bien, pero yo estoy deshecho». En abril le diagnosticaron un tumor en el esófago.
Para Mujica la humanidad está condenada ya que «gasta mucho tiempo inútil» y puso como ejemplo a Uruguay que con 3,5 millones de habitantes importa 27 millones de pares de zapatos. «Hacemos basura. Trabajamos en pena. ¿Para qué?» se preguntó.
Explicó que a su entender «eres libre cuando escapas a la ley de la necesidad, cuando gastas tiempo de tu vida en lo que a ti se te ocurre. Si las necesidades se te van multiplicando, gastas el tiempo de tu vida en cubrir las necesidades. Ahora, los humanos podemos crear necesidades infinitas. Resulta que el mercado nos domina y se queda con todo el tiempo de nuestra vida». También cuestionó el consumismo sintetizando en que «hay que luchar por la felicidad humana. No solo por la riqueza».
Sobre si la humanidad puede cambiar estima que lo podría hacer «pero el mercado es muy fuerte. Ha generado una cultura subliminal que domina nuestro instinto. Es subjetivo. No es consciente. Ha hecho de nosotros voraces compradores. Vivimos para comprar y para pagar. Y el crédito es una religión. Entonces estamos como enroscados».
Mujica entiende que «el hombre frente a los otros animales tiene la capacidad de encontrar una causa para su vida. O no. Si no la encuentra, el mercado lo va a tener toda la vida pagando a costo. Si la encuentra va a tener algo para qué vivir. El que investiga, el que le gusta la música, el que tiene una pasión deportiva, algo. Algo que le llene la vida».
Una inquietud del periodista es por qué decidió vivir en su propia casa durante su presidencia, a lo que responde: «Porque quedan resabios culturales del feudalismo. Dentro de la República, la alfombra roja, los que tocan la corneta. Y al presidente le gusta que lo adulen».
Al preguntarle a José Mujica cómo le gustaría que le recordaran, lo sintetiza en un frase: «Como lo que soy: un viejo loco», y ante una repregunta señalándole que hizo muchas cosas sostiene: «Tengo una cosa. La magia de la palabra. El libro es el invento más grande del hombre. Lástima que la gente lee poco. No tiene tiempo. Hoy en día la gente lee mucho en el teléfono. Hace cuatro años lo tiré. Me tenía loco. Todo el día hablando pavada. Porque quiero hablar conmigo. Aprender a hablar con el que llevamos dentro. Que fue el que me salvó la vida. Y como estuve muchos años solo, me quedó». Sobre los celulares dijo que «no estamos a la altura de la tecnología. Hacemos un uso desastroso. Porque un muchacho anda con una universidad en el bolsillo. Es maravilloso. Pero avanzamos más tecnológicamente que en valores».
Se definió como un amante de la naturaleza y destacó las cualidades del hornero (calificandolos de «albañiles perfectos») o las hormigas, «la cosa más comunista que puede haber. Son mucho más viejas que nosotros y nos van a sobrevivir». Y sobre el hombre sostuvo «qué animal complicado: es inteligente y burro» a la vez.
Fuente: Grupo R Multimedio
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