El papa Francisco reaparece para saludar a los fieles tras cinco semanas ingresado
Pasados apenas unos minutos de las 12 del mediodía de Italia, las 8 de la Argentina, el Santo Padre salió al balcón a agradecer a los presentes. "Gracias a todos", dijo.

El papa Francisco se asomó este domingo por la ventana de su apartamento en el Policlínico Gemelli de Roma, en su primera aparición pública desde su hospitalización hace 38 días por una grave infección respiratoria, para saludar y bendecir a los fieles antes de regresar al Vaticano, tras recibir el alta médica.
Francisco, de 88 años, apareció en silla de ruedas con buen aspecto y sonriente. "Gracias a todos", dijo con la voz cansada ante la multitud que abarrotaba desde una hora antes las puertas del centro médico.
El sumo pontífice abandona el hospital después del Ángelus, al encontrarse estable desde hace dos semanas y ahora deberá mantener un periodo de convalecencia de al menos dos meses, en los que seguirá con el tratamiento médico en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano, comunicaron este sábado sus médicos.
El papa, hospitalizado desde el 14 de febrero por una neumonía bilateral, regresará este domingo a su residencia en el Vaticano donde, según sus médicos, iniciará una convalecencia de "al menos dos meses".
El alta del jesuita argentino, de 88 años y cuyo estado mejoró paulatinamente en las últimas semanas, se esperaba con impaciencia ante el aumento de los interrogantes sobre su capacidad para reanudar sus actividades.
Su equipo médico anunció el sábado su alta del hospital Gemelli de Roma. "Mañana el papa regresará a la residencia de Santa Marta", donde vive habitualmente, afirmó el doctor Sergio Alfieri en una rueda de prensa.
Francisco, sin embargo, deberá iniciar "una larga convalecencia" de "al menos dos meses", precisó. "El hospital, aunque parezca extraño, es el peor lugar para una convalecencia: es el lugar donde se contraen más infecciones", explicó.
El Papa se mostró "muy contento" cuando supo que saldría del hospital, continuó Alfieri. "Llevaba tres o cuatro días preguntándonos cuándo podría volver", dijo.
Francisco tiene previsto abandonar su habitación a primera hora de la tarde. Antes de su salida saludará e impartirá una bendición desde la quinta planta del centro médico, poco después de las 12, a la hora del Ángelus, las 16 de la Argentina.
Será su primera aparición pública desde su llegada al recinto hospitalario el 14 de febrero. Su hospitalización, de cinco semanas, fue la cuarta y la más larga desde su elección al frente de la Iglesia católica en 2013.
"Está mejorando"
El estado de salud del papa "está mejorando" y "esperamos que pronto pueda reanudar sus actividades normales", afirmó el sábado el doctor Luca Carbone, otro miembro del equipo médico.
Alfieri, sin embargo, relativizó esta afirmación. "La convalecencia es, por definición, un periodo de recuperación, por lo que es evidente que durante el periodo de convalecencia no podrá mantener sus citas diarias habituales".
La aclaración es importante, dado que el jesuita argentino se impuso hasta ahora un ritmo frenético de trabajo, encadenando reuniones y celebraciones religiosas sin dejar de viajar.
El santo padre permaneció varias semanas con asistencia respiratoria a través de cánulas nasales y una mascarilla de oxígeno. Para recuperar el uso de la voz, deberá seguir sus sesiones de rehabilitación.
"Cuando se sufre una neumonía bilateral, los pulmones se han dañado y los músculos respiratorios también han tenido problemas", explicó Alfieri. "La voz tardará en volver a ser la misma", subrayó.
Francisco, que perdió parte de un pulmón cuando era joven, sufrió varias infecciones respiratorias a lo largo de los años. Los médicos sólo lo declararon fuera de peligro tras un mes en el hospital.
El papa tuvo dos "momentos muy críticos en los que su vida estuvo en peligro", pero "nunca fue intubado" y siempre permaneció "consciente y alerta", afirmaron sus médicos.
En concreto, sufrió ataques respiratorios agudos, uno de ellos con vómitos, y tuvo que someterse a una transfusión de sangre y a la aspiración de abundantes secreciones en sus pulmones.
Fuente: El Observador
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