Dura derrota sufrió la Roja del Yí.

Una derrota histórica, provocaciones y violencia marcan el final de un partido para el olvido.
Hoy es un día que quedará grabado en la memoria de los aficionados por las razones equivocadas, la selección de Flores propinó un duro golpe a la Roja del Yí, venciendo a Durazno por 3 a 1 en el Estadio Silvestre Octavio Landoni. Este resultado no solo pone fin a una década de invicto local de Durazno frente a su clásico rival, sino que también desató escenas de violencia que podrían tener graves consecuencias para nuestra selección e incluso para el estadio.
El partido, que ya se hacía cuesta arriba para Durazno después de un pobre primer tiempo, se convirtió en una pesadilla a pesar de los desesperados intentos del técnico duraznense, quien realizó cinco cambios en la segunda mitad.
Flores, por su parte, ejecutó su plan a la perfección, controlando el ritmo del juego y aprovechando los espacios para sentenciar el partido en los minutos finales.
Sin embargo, lo que debería haber sido una celebración deportiva para los visitantes se transformó en el detonante de un escándalo cuando el golero de Flores, después de anotar el tercer gol, provocó a la hinchada de Durazno con un polémico festejo. Este gesto encendió los ánimos de los jugadores de Durazno, resultando en la expulsión de Agustín Monzón por conducta antideportiva.
La tensión se trasladó rápidamente a las tribunas, donde algunos hinchas perdieron el control, tirando objetos a la cancha, poniendo en riesgo la integridad de los jugadores de la selección de Flores. Este lamentable episodio no solo empañó el espectáculo deportivo, sino que podría acarrear severas sanciones para Durazno, incluyendo la posibilidad de que se vea obligado a jugar a puerta cerrada en el estadio Landoni.
Es importante recordar que la violencia no tiene lugar en el fútbol.
Lamentable lo que comenzó como un clásico lindo de disfrutar, terminó en una noche para olvidar, donde Durazno no solo perdió tres puntos importantes, sino que también vio cómo la indisciplina de algunos jugadores y aficionados podría costarle caro en los siguientes partidos.
¿Cuál es tu reacción?






