Alertan que el gobierno de Donald Trump afectará a Uruguay en su rol agroexportador
La impronta que el republicano le imprimirá a su gestión generará un reacomodamiento de la economía mundial: dólar fuerte, commodities a la baja y guerra comercial con China.
El contundente triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos trajo consigo una efusiva respuesta de los mercados, al mismo tiempo que genera un panorama más previsible de lo que puede ocurrir a corto plazo a nivel internacional y en Uruguay en particular.
El valor del dólar,el ciclo de relajación de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el precio de las commodities son algunos de los focos de atención que surgen de cara al segundo mandato del republicano, a lo que se suman las probables medidas de corte proteccionista que redundarán en un reacomodamiento de la economía global, con impacto en los mercados emergentes.
Se espera un dólar fuerte y hay reserva por las tasas de la Fed
Uno de los primeros efectos tras la victoria del republicano fue la suba del dólar, que ocurrió a nivel global y también en el plano local, algo que podría continuar. “Ya a muy corto plazo estamos viendo efectos en el tipo de cambio en Uruguay y en toda la región”, expresó Deborah Eilender, economista del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), en diálogo con Ámbito. El tipo de cambio “ha estado subiendo y es lo que podríamos esperar y lo que pasó en el mandato anterior de Trump”, confió.
Sobre este punto, el economista de CPA Ferrere, Nazareno Sánchez, le manifestó a este medio que las políticas del republicano podrían derivar en “presiones inflacionarias”, que llevarían a que la Reserva Federal “pueda verse obligada a ralentizar el ya comenzado ciclo de recortes de tasas de interés”.
“Esto provocaría un fortalecimiento del dólar y endurecería las condiciones financieras a nivel global”, interpretó Sánchez y agregó: “Para las economías emergentes, incluido Uruguay, este escenario sería desfavorable, ya que la apreciación del dólar podría debilitar sus monedas y aumentar los costos de financiamiento externo”.
A su turno, el economista gerente en Exante, Mathías Consolandich, coincidió al hablar con Ámbito en que “la política monetaria que lleve adelante la Fed en 2025 estará condicionada” a las medidas de Trump, aunque “querrá preservar su objetivo de inflación”.
“Escenarios de tasas en dólares bajando poco en el marco de una política fiscal expansiva y/o de iniciativas proteccionistas en Estados Unidos serían consistentes con un dólar que permanece fuerte en el mundo”, analizó y consideró que “también es consistente con precios de las materias primas que se mantienen en niveles bajos para los valores de los últimos años”.
“Si la política fiscal mantuviera la actual tónica expansiva, esperamos que las tasas de interés en dólares permanezcan altas para la media de décadas anteriores. Esto supone un financiamiento ‘caro’ a todo el resto del mundo y es un elemento negativo para países tomadores de crédito como Uruguay”, planteó Consolandich y recordó que “también supondría menores flujos de capitales hacia América Latina”.
El impacto de las políticas de Trump en el mundo
Al poner el foco en el rumbo que le imprimirá Trump a su gestión, Eilender se refirió al “America First”, uno de los ejes del republicano: “La idea de priorizar a Estados Unidos se ve traducida en un aumento de los aranceles externos, priorizando productos producidos allí”. “Eso implica trabas en el comercio internacional, menor precio de commodities y menor demanda. Esto sin duda nos afecta directamente como un país agroexportador”, planteó sobre las consecuencias en Uruguay.
A su turno, Consolandich destacó la magnitud de “un triunfo contundente por haber ganado el voto popular, los estados pendulares y el control de ambas cámaras en el Congreso” y sostuvo que eso “le permitirá avanzar con la agenda del Partido Republicano, que incluye extender las reducciones de impuestos corporativos, un enfoque de política comercial orientado a incrementar los aranceles, una posición más dura en cuanto a la inmigración y una postura potencialmente más unilateral en política exterior”.
“Avanzar en la reducción de impuestos sin una mitigación creíble desde el lado del gasto pondrá mayor presión a las cuentas públicas de Estados Unidos, que ya muestran un deterioro muy significativo. La falta de visibilidad sobre cómo el sistema político llevará adelante un ajuste genera incertidumbre sobre la sostenibilidad de la deuda y está poniendo presión a las tasas de interés”, advirtió y sostuvo que genera “una amenaza para este proceso tan exitoso de desinflación que lleva un año y medio”.
Sánchez, en tanto, también se refirió al “amplio margen” de ventaja sobre Kamala Harris y consideró que eso “le facilitará la implementación de su programa de gobierno”.
Sobre este punto, consideró que “propone políticas que aumentan las presiones inflacionarias, principalmente debido a su enfoque proteccionista, la promoción de medidas expansivas en la explotación de recursos naturales, el impulso a la producción de petróleo y los incentivos dirigidos a fortalecer la industria nacional”.
El retorno de la guerra comercial con China y sus riesgos
Con respecto al panorama global, Sánchez anticipó que “la posible reactivación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China podría tener efectos mixtos para las economías emergentes”.
“Por un lado, como parte de las represalias a las medidas arancelarias, China podría reducir sus importaciones provenientes de Estados Unidos y redirigir su demanda hacia otros países productores de materias primas, como los del Mercosur. Sin embargo, las medidas proteccionistas afectarían también el dinamismo de la actividad económica china, traduciéndose en menor demanda y por lo tanto menores precios”, alertó el referente de CPA Ferrere y recordó que si bien el gigante asiático redujo su exposición a los productos estadounidenses, “estos siguen jugando un papel importante en el total de sus importaciones”.
A su turno, Eilender indicó que la diferencia con el ciclo anterior de Trump “es que tenemos una China que crece incluso menos que antes, por lo que no sólo esperamos un Estados Unidos que se torne bastante proteccionista, sino que tenemos una China que no va a estar pujando tan fuerte y nos afecta directamente”.
En la misma dirección, Consolandich sostuvo que “un nuevo empuje proteccionista por parte de Estados Unidos supone un riesgo significativo para la economía de China, que tiene dificultades económicas mayores a las que se observaban en el inicio de la guerra comercial entre los dos países en 2018 y por tanto también menor margen para mitigar los efectos adversos que vengan con la escalada de ese conflicto”.
“También afectaría negativamente al resto de los países emergentes. Desde la perspectiva de Uruguay, todo esto supone un riesgo bajista sobre el crecimiento global, que de por sí ya es moderado”, graficó.
La expectativa de un crecimiento más moderado
Precisamente, el economista de Exante definió que con este análisis “el escenario global para los próximos años se presenta desafiante para Uruguay” y graficó: “Esto supone un shock negativo: crecimiento mundial moderado, dólar fuerte, tasas de interés relativamente altas frente a la media de la última década y precios de los commodities en niveles reducidos en términos reales”.
A la par, Eilender contrapuso que “probablemente haya un buen crecimiento de Estados Unidos, es lo que anticipa el mercado”, pero advirtió: “Podría llevar a ciertas restricciones en crecimiento de otros países como China y una Europa que ya está creciendo muy poco. Estas trabas al comercio podrían tener implicancias al comercio no sólo en emergentes”.
Finalmente, la referente del CED agregó sobre el tramo local que “este escenario externo es indiferente a quien gane las elecciones” en el balotaje que disputarán el domingo 24 Yamandú Orsi y Álvaro Delgado, aunque admitió que “cada candidato tiene visiones diferentes y podría tomar decisiones o enfrentarse de maneras diferentes”.
Fuente: Ámbito Uy
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