Entre la juventud eterna y la decadencia moral: por qué leer El retrato de Dorian Gray

Entre los grandes libros de la literatura universal, pocos logran mantener una vigencia tan sorprendente como El Retrato de Dorian Gray, la única novela escrita por el célebre Oscar Wilde. Publicada en 1890, esta obra es un testimonio brillante del esteticismo y del ingenio de su autor. Hace una profunda reflexión sobre la belleza, la moral y la fragilidad del alma humana.

Ago 28, 2025 - 08:38
Ago 28, 2025 - 08:48
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Entre la juventud eterna y la decadencia moral: por qué leer El retrato de Dorian Gray

La novela narra la vida de Dorian Gray, un joven de belleza extraordinaria que, influenciado por la visión hedonista de Lord Henry Wotton, desea permanecer eternamente joven y que los estragos del tiempo recaigan sobre su retrato en lugar de su cuerpo. Su deseo se cumple, y mientras él conserva su aspecto impecable, el cuadro va reflejando sus excesos, su degradación moral y los pecados que comete.

Este pacto simbólico con la eternidad convierte a la obra en una parábola sobre la obsesión por la juventud, el culto a la apariencia y las consecuencias de vivir sin límites éticos.

Aunque escrita en la época victoriana, El Retrato de Dorian Gray sigue interpelando al lector contemporáneo. En una sociedad marcada por el culto a la imagen, las redes sociales y la presión de mantener una fachada perfecta, la figura de Dorian resulta inquietantemente actual. Wilde nos recuerda que, tarde o temprano, el precio de vivir en la superficialidad y la vanidad se paga con la pérdida de la autenticidad y la paz interior.

El talento de Oscar Wilde brilla en cada página: frases ingeniosas, diálogos provocadores y reflexiones que invitan a subrayar más de un pasaje. Su estilo refinado y crítico convierte la lectura en una experiencia placentera y, al mismo tiempo, desafiante.

La novela fue objeto de polémica en su tiempo, acusada de inmoral, pero hoy es reconocida como una de las cumbres literarias del siglo XIX y una obra indispensable para quienes disfrutan de los clásicos que combinan belleza literaria con hondura filosófica.

¿POR QUÉ LEERLA HOY?

Leer El Retrato de Dorian Gray no es solo acercarse a un clásico: es abrir un espejo hacia nuestras propias decisiones, preguntarnos cuánto valor damos a lo externo frente a lo interno y reflexionar sobre la huella que dejamos en los demás. Es una lectura ideal para quienes buscan una historia envolvente con un trasfondo moral que invita a la introspección.

En definitiva, si aún no lo has leído, El Retrato de Dorian Gray merece un lugar en tu biblioteca. Es un libro que cautiva, que provoca y que, como su protagonista, nunca pasa de moda.

EL GENIO DETRÁS DE LA OBRA: OSCAR WILDE

Oscar Wilde (1854-1900) fue uno de los escritores más brillantes, polémicos y fascinantes de la literatura inglesa. Nació en Dublín, Irlanda, en el seno de una familia culta: su madre, Jane Francesca Elgee, era poetisa y defensora del nacionalismo irlandés, y su padre, Sir William Wilde, un médico de renombre. Desde joven, Wilde se destacó por su talento académico y su ingenio, lo que lo llevó a estudiar en el Trinity College de Dublín y luego en la prestigiosa Universidad de Oxford.

En Oxford entró en contacto con las corrientes del esteticismo, que defendían el arte por el arte, es decir, la búsqueda de la belleza como un fin en sí mismo, sin necesidad de justificación moral o social. Esta idea sería central en toda su obra y, en particular, en El retrato de Dorian Gray.

Oscar Wilde destacó no solo como novelista, también lo hizo como dramaturgo y ensayista. Su ingenio y su estilo refinado lo convirtieron en una figura célebre en los salones de Londres. Entre sus obras más famosas se encuentran las comedias teatrales “La importancia de llamarse Ernesto”, “Un marido ideal” y “El abanico de Lady Windermere”, todas caracterizadas por diálogos ágiles, humor sutil y una aguda crítica a la hipocresía de la sociedad victoriana.

También publicó cuentos y relatos cortos como “El príncipe feliz” y “El ruiseñor y la rosa”, que revelan su sensibilidad poética y su capacidad de mezclar belleza con reflexión moral.

ESCÁNDALO Y TRAGEDIA

Más allá de su genio literario, la vida de Wilde estuvo marcada por la controversia. En una Inglaterra profundamente conservadora, su relación con Lord Alfred Douglas desató un escándalo público. En 1895 fue acusado de “indecencia grave” por su homosexualidad (que en esa época era considerada delito) y condenado a dos años de trabajos forzados.

Durante su reclusión escribió una de sus obras más conmovedoras: “De Profundis”, una extensa carta de reflexión y confesión dirigida a Douglas. Tras salir de prisión, exiliado y empobrecido, publicó “La balada de la cárcel de Reading”, un poema que refleja el dolor y las injusticias del sistema penitenciario.

ÚLTIMOS AÑOS Y LEGADO

Wilde pasó sus últimos años en Francia bajo el nombre falso de Sebastian Melmoth. Murió en París en 1900, a los 46 años, dejando un legado literario que lo convirtió en uno de los autores más citados y admirados del mundo.

Hoy, Oscar Wilde es recordado como un símbolo de genialidad, rebeldía y sensibilidad artística. Su estilo irónico y su capacidad para desnudar los contrastes entre lo superficial y lo esencial siguen inspirando a lectores y escritores de todas las generaciones.

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